Dos
joyas del automovilismo español hispano-suiza y pegasso
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PEGASO
Tras la guerra civil y como consecuencia del bloqueo de las potencias internacionales al régimen del General Franco, España se vió en la necesidad de desarrollar una industria automotriz propia para satisfacer la necesidad de transporte colectivo y de mercancías por carretera. De las ruinas de la guerra apenas sobrevivía una pequeña parte de las fábricas y técnicos de la mítica Hispano Suiza. Sobre sus cenizas y tecnología nació ENASA-Pegaso en 1946.
El objetivo prioritario era la construcción de camiones y autobuses. Dada la falta de profesionales y técnicos se creo el C.E.T.A. (Centro de Estudios Técnicos de Automoción), donde se empezaron a formar nuevas generaciones de ingenieros y a sentar las bases de una normativa (normas UNE) para utillaje y tornillería.
Al frente de Pegaso y el CETA se puso como director técnico a Wilfredo Pelayo Ricart, ingeniero catalán con una dilatada experiencia en automóviles. Desde principios de siglo había destacado por sus trabajos técnicos para su propia marca de coches y motores marinos (Ricart-Pérez), para el ejército y para Alfa Romeo en Italia. Con él se trajo un numeroso grupo de especialistas italianos procedentes de Alfa Romeo y juntos empezaron la ardua tarea de crear casi de la nada una nueva marca de camiones y automóviles.
Ricart era un apasionado de los coches deportivos y como condición para empezar su nueva labor, puso la de crear un automóvil deportivo de vanguardia (para la época) que sirviera de vehículo publicitario para dar a conocer los camiones al mundo entero y poder exportarlos. Además supondría unir una imagen de prestigio y prestaciones a un producto nuevo. La dirección aceptó. El proyecto Z-102 serviría también de base experimental para los alumnos del CETA. (La denominación "Z" viene del C.E.T.A.).
Así los proyectos Z-100 corresponderían a coches, y los Z-200 a camiones.
HECHO POR JUAN DAVID ÁLVAREZ LOZANO