Entre
1870 y 1970, el sur de EEUU vivió uno de los períodos más
vergonzosos de la historia de este país. Abolida la esclavitud e
influidos por las ideologías racistas antinegro se crea un sistema
de segregación racial en el que los blancos nórdicos establecieron
su supremacía sobre negros e hispanos.
Después
de la Guerra Civil (1861-1865) los estados del sur resentidos por su
derrota redactaron una serie de leyes para discriminar a los hombres
de color. Este fenómeno se llamó eufemísticamente de
“reconstrucción”. El proceso fue tan intenso y extenso que hacia
1877, con la elección de Rutherford Hayes como 19th presidente de
los EE.UU., la discriminación y el racismo era habitual en ciudades
como Nueva York, Bostón, Detroit y Chicago.
Como
los estados no podían eliminar los derechos de los negros al estar
garantizados por la constitución, se usó el término de
“segregación” con el concepto de “Separated but Equal”
(Separados pero iguales). La idea era que mientras las oportunidades
ofrecidas a ambas razas fueran iguales, la segregación era legal.
La
segregación surge a raíz de las Leyes de Jim Crow (1876). En ellas
se negaba el derecho al voto de los negros imponiendo una serie de
requisitos como saber leer y escribir, tener posesiones y pagar un
impuesto electoral. Pronto se instauró un régimen de apartheid en
el que más de 13 millones de negros eran obligados a vivir apartados
del resto de la sociedad. Las viviendas, escuelas, transporte,
hoteles, restaurantes, incluso los lavabos estaban divididos para
evitar que el hombre blanco se “contaminara” por la influencia
del negro. En algunas ciudades se llegó a aplicar una ley marcial
que prohibía a los negros salir a la calle a partir de las diez de
la noche. Todas las fraternidades, clubs y sociedades tenían
prohibido admitir a individuos de la raza segregada.
Realizado por : Saray Montoro Lara
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