La
unificación de Italia
En 1815, Italia estaba dividida en Estados desiguales en tamaño e
importancia y algunas zonas(la Lombardia y el Véneto) estaban bajo
el dominio austriaco. Las ideas de nación y soberanía se habían
mantenido durante la Restauración en minoritarias sociedades
secretas. En la década de 1830se formó un movimiento de afirmacíon
nacional, el Risorgimento,
que tuvo una primera expresión política en la estrategia de
unificación propugnada por Giussepe Mazzini y su organización
, la Joven Italia. Ésta planteaba la creación de una
república democrática, unitaria y laica, a la que se
llegaría mediante una insurreción popular.
El fracaso de los intentos revolucionarios de 1848-1849 significó la
continuidad del dominio de Austria, de la fragmentación política y
de los regímenes absolutistas. Sólo en el Piamonte se
consolidó un Estado constitucional, bajo la monarquía de los
Saboya. Su jefe de gobierno, Cavour, fue el impulsor de
una estrategia moderada para la unificación.No sería la insurreción
popular sino la consolidación del Piamonte como un Estado fuerte,
moderno e industrializado, capaz de poseer un ejército y una
diplomacia, lo que permitiría la unificación.
Sin embargo, la unidad italiana resultaría de la complementariedad
de ambas estrategias, aunque la monarquía de Victor Manuel II
de Saboya fue la principal beneficiaria.
Por un lado, Cavour consiguió, con la ayuda francesa, derrotar a los
austriacos (1859), anexionar la Lombardía y, poco después, los
Estados centrales (1860). A la acción militar se añadió la
diplomática, que supuso la cesión de Niza y Saboya a Francia, a
cambio del reconocimiento del nuevo reino de Italia. Pero, por otro
lado,un republicano mazziniano, Giuseppe Garibaldi, emprendió
la conquista del sur ( reino de las Dos Sicilias) con un ejército
muy reducido que consiguió el apoyo popular para liquidar el régimen
borbónico. Para no dividir el movimiento nacionalista, Garibaldi
renunció a la perspectiva republicana y cedió a Victor Manuel II
las conquistas realizadas, reconociéndole como rey de Italia (1861).
La unidad se completó con la anexión del Véneto (1866) tras
derrotar a los austriacos, y la conquista de los Estados
Pontificios (1870) a pesar de la oposición del Papa, que quedó
recluido en el Estado del Vaticano. El nuevo Estado tuvo que
enfrentarse a tres grandes problemas: la hostilidad del Papado; el
contraste entre un norte industrializado y un sur agrario y atrasado;
y el carácter incompleto de la unidad, ya que Istria y Trento
permanecieron bajo dominio austriaco.
Realizado por:
María Rodríguez Rodríguez 1º Bach.Hum
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