John Stuart Mill nació en Londres (Inglaterra). Fue el mayor de los hijos del filósofo, historiador y economista James Mill. A la edad de tres años le enseñaron el alfabeto griego con sus correspondientes traducciones al inglés.
A la edad de ocho años empezó a estudiar latín y
álgebra. Su principal lectura era la historia, pero estudió también
a todos los autores latinos y griegos que daban en las escuelas y
universidades . No le enseñaron a escribir en latín ni en griego
por lo tanto no era muy inteligente. A la edad de diez años ya leía
a Platón y Demóstenes con facilidad. El libro de su padre fue
publicada en 1818. John comenzó el estudio de la lógica. Pero a los
20 años, sufrió una «crisis mental». Se rebeló contra su
estricta educación, contra el utilitarismo y se abrió a nuevas
corrientes intelectuales.
Mill trabajó para la Compañía Británica de las
Indias Orientales y fue al mismo tiempo miembro del Parlamento por el
partido Liberal. En Consideraciones sobre el gobierno
representativo, Mill propuso varias reformas del Parlamento y del
sistema electoral, especialmente las cuestiones de la representación
proporcional y la extensión del sufragio.
En 1851 Mill se casó con Harriet Taylor tras 21
años de amistad. Taylor tuvo una importante influencia sobre su
trabajo e ideas. La relación con Harriet Taylor inspiró la defensa
de los derechos de las mujeres por parte de Mill.
Mill cultivó casi todas las ramas de la filosofía,
desde la lógica hasta la teoría política pasando por la ética.
Mill era empirista y positivista. Consideraba que el conocimiento
humano tenía su origen y su límite en la experiencia observable.
Decia que la inducción es el principio lógico que permite derivar
conocimientos universales a partir de la observación de fenómenos
particulares.
Pensamiento
La
obra Sobre
la libertad
de Mill se dirige a la naturaleza y límites del poder que puede ser
ejercido legítimamente por la sociedad sobre el individuo.
Sostiene, que los individuos están exentos del derecho a llevar a
cabo acciones que puedan causar daños perdurables y graves sobre su
persona o propiedades.
Para dichos estados atrasados Mill mantiene que el
despotismo puede considerarse una forma de gobierno aceptable,
siempre que el déspota tenga en mente los intereses del pueblo.
Aunque este principio parezca claro, hay un número de
complicaciones.
La cuestión de cuáles son las acciones que
consideramos como atañentes y cuáles, ora por comisión, sigue viva
en las interpretaciones del autor.
En Sobre la libertad se lleva a cabo una
apasionada defensa de la libertad de expresión. Decia que no podemos
determinar que una opinión callada no contenga algo de verdad. No es
suficiente para Mill la defensa de una creencia que casualmente sea
cierta, el creyente debe comprender por qué la idea que sostiene es
la verdadera.
Mill creía que «la lucha entre Libertad y
Autoridad es el rasgo más destacable de las etapas de la historia».
Mill definió «libertad social» como protección de «la tiranía
del gobernante político». Presenta en su obra varias tiranías,
entre las cuales están la tiranía social y también la tiranía de
la mayoría.
La libertad social según Mill era que la población
debe ostentar el poder de tomar parte en las decisiones del gobierno.
Esta se intenta lograr de dos maneras: la primera es la que recurre
a la vía del reconocimiento, llamadas libertades políticas o
derechos; la segunda recurre al establecimiento de un sistema de
«comprobaciones constitucionales».
John Stuart Mill y Helen Taylor. Helen era hija de
Harriet Taylor y colaboró con Mill durante quince años tras la
muerte de su madre en 1858.
La concepción de Mill sobre la libertad consiste
en el hecho de que el individuo ha de ser libre para hacer cuanto
desee mientras no dañe al prójimo. Cada persona es por sí misma
suficientemente racional para poder tomar decisiones acerca de su
propio bien y elegir asimismo la religión que le plazca.
En tiempos de Mill, la mujer media era analfabeta e
instruida en el estereotipo de la pureza y la honradez para poder
lograr así un marido. Mill daba importancia a tales asuntos y se
propuso remediarlo, para lo cual comenzó a escribir sobre derechos
de la mujer. Con ello, Mill puede ser considerado como uno de los
primeros feministas. En su artículo El sometimiento de las
mujeres habla sobre el rol femenino en el matrimonio y la grave
necesidad de cambio que requiere. Mill comenta las tres principales
facetas de la vida de la mujer que suponen un obstáculo: la sociedad
y la construcción del género, la educación y el matrimonio.
La sociedad en que Mill vivía solo tenía una
consideración respecto a la mujer: el ser educada de tal manera que
fuese más atractiva y se volviese un objeto determinado y llamado al
matrimonio. Para la mujer no había alternativa, pues no se le
permitía una educación o carrera. Uno de los factores principales
que Mill identificó en esta situación era la ausencia de educación,
problema que él intentaba solventar. Así, Mill luchó por la
educación femenina basándose en varios argumentos.
La declaración canónica del utilitarismo de Mill
se puede encontrar en su libro El utilitarismo. Esta filosofía
tiene una larga tradición.
La famosa formulación de Mill del utilitarismo se
conoce como el «principio de la mayor felicidad» . Sostiene que uno
debe actuar siempre con el fin de producir la mayor felicidad para el
mayor número de personas, dentro de lo razonable. Mill distingue
entre felicidad y satisfacción, afirmando que la primera tiene mayor
valor que la segunda.
MARÍA MARTÍNEZ GARCÍA
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